lunes, 1 de agosto de 2016

La herida materna. Segunda parte

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Traducción del Artículo original 
"Why it's Crucial for Women to Heal the Mother Wound"
(¿Por qué es crucial para la mujer sanar las heridas maternas?) 
de Bethany Webster

Las madres deben de guardar luto por lo que hubieron de renunciar, por lo que deseaban pero que nunca tendrán, lo que sus hijas pueden darles y por la injusticia de su situación. Aún así, por injusto que sea, no es responsabilidad de la hija compensar las pérdidas de la madre o sentirse obligada a sacrificarse de las mismas maneras. Para las madres, necesita de tremenda fuerza e integridad el hacer esto. Y las madres necesitan apoyo en este proceso.
 

Las madres liberan a sus hijas cuando procesan conscientemente su propio dolor sin volverlo problema de la hija. De ésta manera, las madres  liberan a sus hijas para que puedan perseguir sus sueños sin culpa, verguenza o sentimiento de obligación.
 

Cuando las madres causan sin darse cuenta, que sus hijas se sientan responsables por sus pérdidas y al compartir su dolor, crean un enredo disfuncional, reforzando la visión de la hija de que ella o sus sueños no tienen valor. Y esto respalda la visión de la hija de que el dolor de la madre debe de alguna forma ser culpa suya. Esto puede paralizarla en muchas maneras. 

Para las hijas, crecer en una cultura patriarcal, hay una sensación de tener que elegir entre empoderarse y ser amada

La mayoría de las hijas eligen ser amadas en lugar de empoderarse debido a que hay un ominoso sentimiento de que actualizarse y empoderarse completamente puede causar un seria pérdida de amor de personas importantes en sus vidas, específicamente de sus madres. Así que cuando la mujer se mantiene menguada e incompleta, inconscientemente transmite las heridas maternas a la siguiente generación.
 

Como mujer, hay una vaga pero poderosa sensación de que tu empoderamiento dañará tus relaciones. Y a las mujeres se les enseña a valorar las relaciones por encima de todo lo demás.  Nos aferramos a las migajas de nuestras relaciones, mientras que nuestras almas pueden estar anhleando profundamente el explotar todo nuestro potencial. Pero la verdad es que nuestras relaciones por sí solas nunca pueden sustituirse adecuadamente por el hambre de vivir nuestras vidas totalmente.
 
La dinámica de poder en el centro de la relación madreñ-hija es un tema tabú y el núcleo del conflicto en el centro de la herida materna
 

Mucho de esto sigue a la sombra debido a los muchos tabús y esterotipos sobre la maternidad en ésta cultura:

- Las madres son siempre cariñosas y amorosas
 
- Las madres nunca deberían enojarse o resentirse con sus hijas
 
- Se supone que las madres y las hijas deben de ser las mejores amigas
 

El esterotipo de que TODAS las madres deberían de ser amorosas todo el tiempo* le arranca a las mujeres su total humanidad. Porque a las mujeres no se les otorga el permiso de ser seres humanos completos, la sociedad se siente justificada de no proveerles respeto total, apoyo y recursos a las madres.
 

La verdad es que las madres son seres humanos y todas las madres tienen sus momentos en que no son amorosas. Y es verdad que hay madres que simplemente no son afectivas la mayoría del tiempo, sea debido a una adicción, enfermedades mentales u otras dificultades. Hasta que querramos afrontar estas realidades incómodas, la herida materna estará en las sombras y transmitida continuamente a través de las generaciones.
 

Todas tenemos algo de patriarcado en nosotras en mayor o menor medida. Hemos tenido que digerirlo para sobrevivir en esta cultura. Cuando estamos listas para confrontarlo por completo en nosotras mismas, también lo confrontamos en las demás, incluyendo a nuestras madres. Esto puede ser también una de las más dolorosas de todas las situaciones que debamos de enfrentar. Pero a menos que queramos llegar ahí, para cubrir la herida materna, pagamos un precio muy alto a cambio de la ilusión de paz y empoderamiento.
 

¿Cuál es el costo de no sanar nuesta herida materna? 

- La vaga y persistente sensación de que "Hay algo malo en mí"
 
- Nunca desarrollar tu potencial debido al miedo de fallar o de obtener desaprobación
 
- Tener límites débiles y sentidos no claros de quién eres
 
- No sentirte valiosa o capaz de crear lo que realmente deseas
 
- No sentirte lo suficientemente segura de darle lugar y voz a tu verdad
 
- Organizar tu vida alrededor de un "no hacerla de toz"
 
- Auto-sabotaje cuando estás cerca de abrirte paso
 
- Esperar inconscientemente por el permiso o aprobación maternos antes de proclamar tu vida propia

¿Cuál es la relación entre la herida materna y la divinidad femenina?

Se habla mucho en estos días sobre "encarnar la divinidad femenina" y de ser una "mujer despierta". Pero la realidad es que no podemos ser un fuerte contenedor del poder de la divinidad femenina si aún no le hemos dado dirección a los puntos entre nosotras en donde nos hemos sentido desvanecidas y exiliadas de la Feminidad.
 
Afrontémoslo: Nuestro primer encuentro con la Diosa fue con nuestas madres. Hasta que tengamos el valor de romper con el tabú y de encarar el dolor que hemos experimentado en la relación con nuestras madres, la divinidad femenina es otra forma de cuento de hadas, una fantasía de ser rescatada por una madre que no llega. Esto nos mantiene en inmadurez espiritual. Tenemos que separarnos la madre humana del arquetipo para poder ser auténticas portadoras de ésta energía. Tenemos que desarmar las estructuras defectuosas en nosotras antes de que podamos en verdad construir nuevas estructuras de las cuales sostenernos. Hasta que hagamos esto, permanecereos atascadas en una especie de limbo en donde nuestro empoderamiento es brevísimo y la única explicación de nuestro aprieto que parece tener sentido es culparnos a nosotras mismas.
 
Si evadimos reconocer el impacto total del dolor de nuestras madres en nuestras vidas, permaneceremos de alguna forma, siendo niñas
 

Llegar a un total empoderamiento requiere observar nuestras relación con nuestras madres y tener el coraje de separar nuestras creencias individuales, valores y formas de pensar de las de ellas. Requiere sentir la aflicción de tener que atestiguar el dolor que nuestras madres sufrieron y procesar nuestro legítimo dolor que sufrimos como resultado. Esto es muy desafiante pero es el principio de nuestra verdadera libertad.
 

Una vez que sentimos que el dolor puede ser transformado, cesará de crear obstáculos en nuestras vidas.
 
Entonces, ¿qué sucede cuando la mujer sana la herida materna?

Al sanar la herida materna, la dinámica de poder se va resolviendo cada vez más porque las mujeres no se piden las unas a las otras disminuirse para aliviar su propio dolor. El dolor de vivir en patriarcado deja de ser tabú. No tenemos que fingir y ocultarnos detrás de máscaras falsas que esconden nuestro dolor bajo una fachada de mantener todo bajo control. El dolor puede entonces ser visto como algo válido, abrazado, procesado e integrado y por último, transformado en sabiduría y poder.

 

Una vez que las mujeres procesen cada vez más el dolor de la herida materna, podemos crear lugares seguros para que las mujeres expresen la verdad sobre sus dolores y reciban el apoyo que tanto necesitan. Madres e hijas pueden comunicarse sin miedo de que sus sentimientos expresados con honestidad puedan romper su relación. Ya no se necesitará intentar enterrar el dolor, dejarlo a la sombra, que es en donde se manifiesta como manipulación, competencia y odio a sí misma. Nuestro dolor puede ser completamente llorado y transformado en amor, un amor que se manifiesta como fiero apoyo de la una a la otra y den profunda auto-aceptación, liberandonos para ser osadamente auténticas, creativas y verdaderamente completas.

Cuando sanamos la herida materna, comenzamos a entender el increíble grado de impacto que el bienestar materno tiene en la vida de su hija,  especialmente durante la primera infancia, cuando la niña y la madre siguen siendo una unidad. Nuestras madres desde la misma base en que nos convertimos: nuestras creencias comienzan como sus mismas creencias, nuestros hábitos comienzan con sus hábitos. Algo de esto es inconsciente y fundamental, es apenas perceptible

 
La herida materna no se trata básicamente sobre tu madre. Se trata de abrazar tu ser y tus dones sin avergonzarte
 

Dirigimos la herida materna debido a que es una parte crítica de nuestra auto-realización y dicieéndole SI a ser la poderosa y potente mujer que somos llamadas a ser. Sanar la herida materna es básicamente sobre aceptar y honrar los fundamentos que nuestras madres nos brindaron a nuestras vidas para que podamos entonces enfocarnos de lleno en crear las vidas únicas que deseamos auténticamente y saber que somos capaces de crear.

Beneficios de sanar la herida materna:


- Ser más fluída y habilidosa al controlar tus emociones. Verlas como fuente de sabiduría e información.
 
- Tener sanas limitaciones que apoyan la realización de tu más alto y mejor ser
 
- Desarollar una sólida "madre interior" que brinda amor incondicional, soporte y comodidad a tus partes más jóvenes
 
- Saberte competente. Sentir que todo es posible, estar abierta a milagros y a todas las cosas buenas
 
- Estar en contacto constante con tu generosidad interior y tu habilidad de traerla a todo lo que haces
 
- Compasión profunda para contigo y para con los demás
 
- No tomarte a ti misma tan en serio. No necesitar más de validación externa para sentirte bien. No necesitar de probarte con los demás
 
- Confíar en la vida para obtener todo lo que necesitas
 
- Sentirte segura y libre de ser quien eres
 
- Y mucho más...
 

Mientras nos involucramos en este proceso de sanación, removemos lentamente la espesa niebla de la proyección que nos mantiene atrapadas y podemos ver con más claridad, y apreciarnos y amarnos. No cargamos más con el peso del dolor de nuestras madres empequeñeciéndonos como consecuencia.
 

Podemos emerger con seguridad en nuestras propias vidas, con energía y vitalidad para crear lo que deseamos sin verguenza ni culpa, sino con pasión, poder, gozo, seguridad y amor.
 

En cada ser humano, la primera herida en el corazón fue con la madre, la feminidad. Y a través el proceso de sanación de esa herida, nuestros corazones maduran, terminan con un comprometido estado defensivo y miedo a un completo nuevo nivel de amor y poder, que nos conecta con el corazón divino de la vida misma. Nos conectamos entonces con el arquetípico corazón colectivo que vive en todos los seres, y somos portadoras y transmisoras de la verdadera compasión y amor que el mundo necesita justo ahora. De ésta manera, la herida materna es de verdad, una oportunidad y una iniciación en la divinidad femenina. Esto es el porque es tan crucial para las mujeres el sanar la herida materna: Tu sanación personal y tu reconexión con el corazón de la vida, a través de la feminidad, afecta a todo y permite nuestra evolución colectiva. .

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