jueves, 16 de enero de 2014

Ho-Kuan visita el reino de las hormigas

.
De Tratado de Lao Tse sobre la respuesta del Tao
De Li Ying-Chang
(Versión de Eva Wong)

Ho-Kuan, nacido en el pueblo de Kuang-nan, era un hombre bondadoso que nunca había matado a ningún ser vivo en su vida. Ho-Kuan no era muy rico, pero tenía una vasija que contenía mil monedas de oro, que constituían todos los ahorros de su vida. Guardaba la vasija en un cofre de madera, pero una noche las termitas que habían infestado la zona donde vivía se introdujeron al cofre y se comieron parte de la plata.

Cuando su familia descubrió el hecho, siguió el rastro de las hormigas hasta una profunda cueva y encontró allí una colonia de millones de termitas. Decidió entonces aniquilar a las hormigas, pensando que esto podría servir para recuperar algo de la plata perdida. Sin embargo, Ho-Kuan se opuso al plan, diciendo: «No puedo soportar ver tantas criaturas matadas a cuenta de una pequeña cantidad de plata.» Así que la familia dejó correr el asunto.

Aquella noche, Ho tuvo un sueño. Había muchos soldados con armadura blanca que llegaban hacia él y le invitaba a ver a su rey en el palacio. Ho se montaba en el carruje que llevaba consigo y era conducido a una magnífica y próspera cudad. Numerosos dignatarios le encontraban a la puerta del palacio y le escoltaban. El rey se levantó cuando vio a Ho y descendió del trono para ir a su encuentro. Saludó a Ho y le dijo: «Gracias a tu bondad hemos sido salvados de nuestro enemigo. Sin embargo, te hemos causado molestia en este proceso. Debido a tu bondad, mis súbditos han escapado a una gran desgracia. Nunca podré agradecerte suficientemente lo que has hecho por mi reino. Hay un pequeño árbol cerca de tu casa. Detrás del árbol hay una vasija de plata que fue enterrada en antiguos tiempos. Desentiérrala y guarda el tesoro como muestra de nuestro agradecimiento. Tú representas lo mejor que hay en la humanidad. Es una pena que seas demasiado viejo para disfrutar de los frutos de tu bondad. Sin embargo, tus descendientes se beneficiarán de lo que has sembrado.»

Tras su audiencia con el rey, Ho-Kuan fue escoltado de vuelta hasta su propia casa por los soldados revestidos de armaduras blancas. Cuando se despertó de su sueño, se dio cuenta de que habían sido las hormigas las que habían venido a su encuentro. Encontró el árbol que la hormiga reina había descrito, cavó debajo de él y recuperó una jarra de plata. Sus descendientes disfrutaron de la prosperidad aportada por este tesoro durante muchas generaciones.
.

No hay comentarios:

Compartir

 
Creative Commons License
This obra by Arturos (Basiliskus) is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 2.5 México License.
Based on a work at basiliskus.blogspot.com.