martes, 2 de julio de 2013

El pincel mágico

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Cuento popular chino

Hace mucho tiempo en china, vivía un pobre huérfano llamado Ma Liang, el no tenia a nadie que velara por el así que para vivir, juntaba leña en el bosque y la vendía. Sin embargo Ma Liang tenia un sueño y era aprender a dibujar y a pintar, pero siendo tan pobre como era no le era posible juntar lo suficiente como para comprar un pincel.

Un día, mientras volvía de recoger leña pasó frente a la escuela y vio que los niños estaban ocupados pintando.

Se acerco al profesor y le dijo “Por favor señor, me gustaría mucho pintar pero no tengo pincel, ¿Me podría prestar uno?”

El profesor ofendido le gritó “¿Qué dices?!, ¡No eres mas que un pordiosero! ¡Largo de aquí!”

Ma Liang no se dejo amilanar y contesto “Podre ser muy pobre pero aprenderé a pintar…”

Es asi que mientras se encontraba recogiendo leña en el bosque se tomaba un momento para practicar su dibujo con la ayuda de ramitas, miraba a las aves volar y las dibujaba, cuando iba a pescar al rio mojaba su dedo y sobre las rocas dibujaba los peces. En su casa mientras se calentaba en el fuego sacaba un pedazo de madera quemada y dibujaba animales y flores.

No pasaba un día en que Ma Liang no practicara y entre dibujos y pinturas comenzó a llamar la atención de las personas.

“¡Que reales se ven tus pinturas!”, decía la gente, “ese pájaro parece que quiere volar. Hasta parece que también quiere cantar”

Ma Liang escuchaba los elogios de la gente pero aun asi añoraba tener un pincel.

Una noche después de haber tenido un dia muy duro, llego a su  casa y se quedó profundamente dormido. En el sueño se le presentó un anciano de barbas blancas y rostro gentil llevando algo en su mano.

“Ma Liang…, eh visto tu empeño por eso te entrego esto, es un pincel mágico. Usalo con cuidado” dijo el anciano.

Cuando Ma Liang despertó se dio cuenta que era un sueño, sin embargo entre los dedos tenía un objeto…, era el pincel. Se pregunto “¿Seguiré soñando?”

De inmediato se levantó y pintó un pájaro. Cuando acabó el pájaro, agitó sus alas y voló. Luego pintó un pez, este comenzó a agitarse hasta que llego al rio y se perdió en él. Por último pintó un venado entusiasmado, al dar la ultima pincelada este salió rozando a Ma Liang corriendo hacia el bosque.

Ma Liang comprendió que no era un sueño “¡Es un Pincel Mágico!”. Pintó muchas cosas mientras iba a donde sus amigos pobres, a los cuales les pintó juguetes, pintó vacas y arados a los granjeros que les hacia falta, y para los hambrientos pintó alimentos.

Poco a poco las noticias de Ma Liang corrieron en boca de todos y llegó a oídos del terrateniente del lugar, un hombre cruel que con la noticia fresca en sus oídos se dirigio con un puñado de hombres dispuesto a matar a Ma Liang y quedarse con su pincel. 

Alguien le aviso a Ma Liang y este se escapó dibujando un hermoso caballo, el cual montó, alejándose del pueblo a galope tendido.

Mas el terrateniente y sus hombres se enteraron  y como experimentados hombres a caballo, rápidamente comenzaron a alcanzar a Ma Liang. Este al galope dibujo en el aire un arco con sus flechas y apuntó al terrateniente; será por su buena suerte más que por su puntería que la flecha vino a clavarse en la garganta del terrateniente desplomándolo al suelo haciendo detener a sus hombres.

Ma Liang viajó por muchos lugares antes de llegar a la capital, ayudando a la gente, dibujándole las cosas que necesitaban, el emperador también se enteró de Ma Liang y su pincel mágico y ordeno su captura “¡Tráiganme a ese niño y su pincel!”

Los soldados encontraron a Ma Liang le arrebataron el pincel y lo llevaron al palacio.

El emperador lo despreció con la mirada y le ordenó altivamente que dibujara lo que el deseara. Ma Liang sabía lo cruel y avaro que era el emperador, “¡Píntame un dragón!” ordeno el emperador.
Ma Liang dibujo un sapo sarnoso que en cada salto ensuciaba el lugar hasta posarse en la cabeza del mismo emperador.

“¡Niño tonto!” gritó el emperador “¡Te arrepentirás!”

Ordeno le arrebataran el pincel mágico y que lo mandaran al calabozo. Luego mandó llamar al Pintor Real.

Ordenó al Pintor Real que pintara un montón de oro. Cuando terminó le pareció que era muy pequeño, indico que lo hiciera mas grande, pero también le pareció poco, finalmente ordenó que lo agrandara hasta ser un cerro de oro, pero al final se dio cuenta que todo eran piedras que estuvieron a punto de aplastar al emperador. Pensó que lo mejor era hacer ladrillos de oro, así que ordenó al pintor que hiciera un ladrillo largo de oro, pero le pareció que era pequeño, ordenó que lo agrandara pero al terminar la pincelada vio que era una gran serpiente que amenazante hizo correr a todos.

Se dio cuenta que Ma Liang era el único que podía manejar el pincel mágico asi que lo hizo llamar, cambió su tono de voz y le dijo que si pintaba para él, le daría, oro y plata, que nunca le faltaría nada y hasta le ofrecio la mano de la princesa.
 
Ma Liang acepto.

El emperador ordenó “píntame un árbol que en vez de hojas tenga monedas de oro” Ma Liang aceptó pero en vez de eso pinto un océano con muchas olas azules y una flota de barcos.

“¡Eso no es lo que te dije que pintaras!” - gritó el emperador. 

Sin embargo vio su nueva flota y se sintió ciertamente complacido,

Ma Liang siguió pintando y en medio del océano pintó una isla un árbol con hojas de monedas de oro.

“Si, si eso es” dijo el emperador. Ma Liang pintó un Barco Real grande donde cabía la Familia Real, la corte entera y su guardia, rodeado de carpas de peces que saltaron alrededor del barco. Todos subieron al barco complacidos por la vista, los peces comenzaron a alejarse de la costa hacia la isla y el emperador gritó  “¡Ma Liang, haz algo de viento que quiero ver los peces mientras voy a la isla”

Ma Liang hizo unas líneas en el aire y sopló una brisa, las velas se inflaron y el bote comenzó a avanzar.

“¡Ma Liang, más viento que los peces se están alejando!” gritó el emperador.

Ma Liang comenzó a hacer unos manchones gruesos en el aire y un viento huracanado que vapuleo el barco como si fuera un corcho en una tina. Ma Liang completamente concentrado en pintar más y más la impresionante tormenta que hacía naufragar todos los barcos pintados y comenzaba a destruir al barco real.

“¡Ma Liang!, ¡Ya hay bastante viento! ¡Para!”, gritaba el emperador agarrado al mástil con una mano y agitaba la mano mientras la familia real caía al mar. 

Cuando terminó, Ma Liang desapareció de nuevo errante por el camino alejándose del palacio; y de la Familia Real y de su corte algunos comentan que murieron ahogados y otros que llegaron a la isla donde solo se encontraba el árbol con hojas de oro y que nunca pudieron volver de ahí.

Se cuenta que Ma Liang siguió ayudando a la gente necesitada apareciendo de pueblo en pueblo dibujando para los pobres hasta que desapareció para nunca más volver. 
Pero su historia aún sigue contándose hasta nuestros días.
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